Y sigo contando los segundos con los dedos.

No tengo más caras, no puedo poner el nombre olcultar tu ausencia ni acusar a tu presencia.
Esta noche la luna quiere todo,  no cuenta mis horas, busca la suerte de encontrarte en el camino, pero no tiene camino, las esperas son el ansia de la noche, ella se viste de jueves, ella no va de fiesta, ella no es especial, no distingue ningún beso.
Yo me olvido de la gente perdida en su mundo, no hay corazones que transformen mi existencia, no hay nada mas, nada bonito para soñar, imagina el solo, el tatareando la vida en su canción.
Tenemos cien cipreses, que cuentan los pajaros que se posan, y como un roble sostiene el cielo, con sus raices, aman a la tierra.
Esta el sol, esta la pena que se despide al mediodia, el mar sigue, los oceanos no existen y no hay dias que no grite ese nombre.


Que triste que la luna no se asome a mi ventana, que los pajaros no canten lo perdido, que me he vuelto loca, y la gran pena es que no se hacer tu estupidez, y si no fue creada, ella no cree que la luminosidad sea tu don, que la perfeccion nunca sigue un camino, se fugo con la luna.