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sábado, 18 de febrero de 2012

Reconquista.

El recorrido de un pensamiento, es como el mañana en tu sangre, ahora, solo coge la esperanza y acércala a tu pecho, da pasos latentes y cierra los ojos, así se ve mejor.
Dime qué es lo fabuloso, como identificar lo asombroso, como poner nombre a mi destino.
Quise un deshecho de tu pecho, quise una mirada calada.
Humo, un cigarro se enciende con verdad y se apaga con mentiras; una mirada arde bajo la hoguera de lo que llaman sensato, que te persiguen, que el mundo te captura, y tú, ni siquiera puedes esperar a que te digan que no eres de verdad, demasiados latidos, demasiadas hazañas, no te queda tiempo, te consumes con un vals, el violonchelo te presenta, sus cuerdas fronta el latigo de la frontera, y un horizonte te da las señales, mientras tú, repites miles de juegos, distingues el bien y el mal, quemas palabras con los olores del alma.
¿Cómo alcanzar lo insostenible? ¿Cómo acabar con el placer? Adelante, acércate, vuelve a explotar burbujas con tu aliento, vuelve, y quédate, esta vez conviertete en un guerrero, un luchador de sentimientos, basta de matarlos, ahora te toca conquistarlos.

El horizonte es solo un nombre que no quiere a ningún hombre, espérame, yo evolucionaré.