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jueves, 6 de enero de 2011

La firmeza del valor.

La esperanza que mata mis deseos, ellos, los que necesito olvidar, no, no soy capaz de que cubran la realidad.
Ya no puedo volar, me tengo que olvidar, tengo que marchar.
No, tampoco puedo, cumplir los deseos que cansan el mar o cumplir los deseos que prenden oscuridad.
Los deseos quedan atras, las sonrisas no marchan, las lágrimas por delante y el invierno me congelará.
En el fondo la triste balada toca la trompeta sin los dedos, y esos deseos, mis deseos se van al ritmo del tiempo.
Ahora les doy el adios, miro al pasado, y el no se digna a cantar la realidad.
Hoy me vuelvo a despedir, vuelvo a llorar de rabia, a gritar por mis ganas de soñar, de soñar en mi realidad.
Pero puedo soportar ese huracan, los tejados arrancados, la firmeza sin valor y las lágrimas seguidas de tus ojos, quisiera no caer, no rozar la puerta para atraparlos, no perder la ilusión, de que giren en su camino, de que vuelvan a mi.

No hay valientes de verdad, no hay gente con su realidad, no se revelan, no lloran si quieren, no sonrien si no quieren.
Si, lo bueno caera, pero de momento esperare a que lo deseos vuelvan, se cumplan en mis dedos, rezar para que vuelva el cielo y crezca el valor.

1 comentario:

  1. que blog mas bonito!
    te sigo!
    pasate por el mio y si te gusta comenta y me sigues!
    un beso sigue asi!

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No es un adiós, es un hasta pronto.