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sábado, 17 de agosto de 2013

Lunas huecas.

Almas de cristal vuelan en esta triste ciudad llena de cigarros sin ceniza, heridas en los labios e incluso cicatrices en el alma, andan sin dirección, con la penumbra de una nube que avecina tormenta, son huracanes sin ira, tsunamis que no avanzan... El cielo les llama, pero ellos no responden, se declaran fantasmas ciegos, fantasmas que huyen de lo no prohibido, ellos que fueron soldados luchadores, con esperanza y divertida verdad, ellos que sabían llorar al mal y reír en soledad, aquí están, aturdidos de problemas, de papeles que firmar, de labios desnudos que no saben que contestar.
Y cuando entré en su salón, todos estaban sentados mirando el televisor, pero, un hilo de voz, preguntó, "y si todo acaba ¿Qué habremos aprendido?"
El nudo despertaba ese frío invierno en el que desaparecían los extraños.