Miro hacia delante y oigo el ruido del mar, y de repente, el ruido de un motor emborrona toda mi tranquilidad, que seré, como debo ser, que seguiré el camino de mi maldición.
No soy afortunada, puedo ser odiada, imperfecta, apartada y quizás demasiado libre, no bajes mi bandera que quizás el miedo se la lleva, no me dejes que pierda más la cabeza, que ahora sonreiré, ocultaré mis penas y nadie sabra de mí, a lo mejor desaparezco, porque ni el mundo es eterno, pero si te paras y los piensas ¿Quién se acordará de mí cuando mi cuerpo caiga en el olvido, cuando mi mente deje de pensar?
Dime que el mundo me miente, que me atrae lo valiente, lo que nadie haria y el mundo corre para salvarse mientras yo voy delante.
Porque voy al miedo, porque no necesito su experiencia, porque corro hacía la soledad, no dejo de pensar y olvidaré todo lo que debo hacer, seré nueva, quizás mejor, quizás peor, pero nadia sabra de mi nostalgía, de mis miedos e inquietudes. Caminaré sola, con al cabeza alta, mis lágrimas en la soledad y un papel en blanco.
Y la abundancia de mis deseos nunca despertará mis ganas de disfrutar; tus recuerdos, mis recuerdos, echaran volar.