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sábado, 21 de mayo de 2011

Y entonces me marché

Esto es todo, es lo que mi alma desborda y mi cuerpo os quitó.
Algunas lágrimas descontrolan mi rabia, algunas risas rompen mis reglas, sigo siendo yo, sigo siendo distinta.
El tiempo corre, se asoma por mi ventana, inunda mi calle con mis lágrimas, cambia la luna, las estrellas y el sol no brilla.
El aire que un día abrazó al viento vuela sobre cien pájaros que buscan mi susceptibilidad.
Quizás hable demasiado, quizás calle poco.
Impotencia, y mi corazón se lleno de esa sustancia. Alguna vez cambiaré mi rumbo, alguna vez encontraré mi fuerza, alguna vez abandonaré la suma imperfección.
Especialista en no tener talento, valiente en sus retos y cobarde en sus apuestas.
Todo se necesita en esta vida, a lo mejor mi vida es especial, a lo mejor no soy como los demás, y si, pienso diferente y si, tampoco creo en los momentos, en los sentimientos ni en la vulnerabilidad, ya que para afrontar la vida tienes que ser fuerte, valiente y decidido, sino te quedas en la mitad de camino, y yo escaseo de fuerza y resistencia.
¿Y si lleno mi submarino de recuerdos navego por océanos, voy a lugares tranquilos y voy tan lejos como quiera? A lo mejor el mundo lo desea.

Cuenta hasta diez y a lo mejor todo ha sido un sueño, una pesadilla, a lo mejor soy de mentira, quizás sea el recuerdo de su océano.
Y volveré a pensar que nunca he crecido que sigo siendo el miedo de ayer